¿Cuándo sabes que sabes?
Este video me interroga sobre la pregunta del título: ¿se puede dibujar así sin prefigurar antes exactamente lo que se va a hacer? Lo de la exactitud viene a cuento porque hay un par de momentos donde la artista denota que ve la imagen organizada a partir de un eje de simetría y ejecuta así, dibuja como ambidiestra. Como si descorriera el velo que oculta una imagen que ella sabe, está detrás.
El manejo que tiene del campo del cuadro tiene que ver con eso. Puede apropiarse de él cartesianamente, pero también en capas de profundidad, porque sabe acerca de lo que va a hacer. De ese saber proviene la técnica que le permite intervenir limpiamente sobre un material tan susceptible como el polvo. Pero también la construcción de la técnica le ha aportado conocimiento acerca del objeto de su arte. Aquello de que la repetición es la madre de la habilidad. Y no hay pasaje a la ejecución (y mucho menos a la repetición sistemática) si no se ha instalado previamente en el sujeto la creencia de que aquello es un objetivo alcanzable. Y vuelta a la prefiguración, a las representaciones.
En medio de la deslumbrante irrupción de la tecnología en nuestra cultura, escuchamos hablar a menudo de la brecha digital o de nativos e inmigrantes digitales y se nos escapa a veces que la verdadera brecha que se está produciendo es lingüística y tiene que ver con la progresiva incapacidad que vamos consiguiendo como sociedad para construir representaciones en cualquiera de sus variantes: prefiguraciones, proyectos, sueños, objetivos.
No enseñamos a soñar, preparamos a nuestros pibes para que vayan a emplearse. Eso, pareciera que les decimos, se parece bastante a la felicidad. Acometer las andanzas que nos pongan en el camino de perseguir nuestros sueños lo vemos como algo demasiado complicado. Será para otros. También les transmitimos ese peso a nuestros hijos.
La larga mano del mercado se ha metido de tal manera en nuestras vidas que solamente queremos ser servidos. Casualmente eso es lo que espera el mercado de los consumidores. No importa si saben que saben o no. Lo importante es que deseen tener, y crean que con eso alcanza.
Diana: Deleuze es un autor arduo para leer… Denise Najmanovich en su intervención en la mesa de los 10 años de Campo Grupal decía: nos dejó la tarea de hacer más transparente su lenguaje, a nosotros.
El último número de Cuadernos de Campo, está dedicado a relevar el impacto de su pensamiento (y el de Guattari) en la Argentina. Quizás, como aproximación, en lugar de zambullirte, venga bien…
Por correo privado te mando algo de material.
Abrazo
Deleuze me ronda la vida últimamente. Da vuelta a mi alrededor como voluta de humo. Es un presencia casi cotidiana cada vez que abro una página de Internet con intervenciones de gente que sabe cosas que no sé. Qué puedo pedir en la librería escrito por él?
[…] atar lo que es libre, dejándolo libre […] requeriría, por lo menos, poder pensar en aprender cómo hacerlo… Me gusta cómo aplica aquí aquello de Deleuze: Ni método, ni reglas, ni recetas, tan sólo una larga preparación.
Abrazo!
Efectivamente, Daniel, que los sueños tengan valor epistemológico depende de nuestra propia mirada. Pero … con la nuestra solo, no basta, cuando de construir conocimientos colectivamente se trata. En este mundo impregnado del lenguaje del mercado, no abundan compañeros de diálogo en este sentido. A eso me refiero cuando digo «Que bueno sería»…
Uniendo esta idea con la tuya de «tan sujetos sujetados que somos» … me quedo pensando que aunque estemos convencidos que le damos valor epistemológico a los sueños, seguimos «sujetados» a tantas cosas ¿no? Según Edgar Morin «La resistencia a la crueldad del mundo debe intentar mantener la unión en la separación, atar lo que es libre dejándolo libre». Sería bueno intentarlo con nosotros mismos ¿no? Un abrazo a vos y a Diana, que sí son buenos compañeros de diálogo!
Diana: No alarmarse. Parte de lo que hay que aprender en esto es a navegar, en el más metafórico y marítimo sentido de la palabra. A veces hay viento de popa y a veces sopla de estribor o de babor. Un buen navegante sabe que lo suyo, arriba del barco, es un viaje y su objetivo siempre es el próximo puerto, más allá de las dificultades que aparezcan en el camino.
En algunos de nuestros intercambios de aventuras y escalamientos, en otros espacios, hemos hablado de esta «no tan sutil» diferencia entre saber y sentir como dos caras del abordaje hacia el conocimiento. Hay un saber que sabemos que tenemos y hay otro del que no siempre podemos dar cuenta, tan sujetos sujetados que somos. No es malo escucharse decir para intentar saber algo más.
Nora: que los sueños tengan valor epistemológico, ¿no depende de nuestra propia mirada?
Abrazo a ambas!
Me impactó la frase «No enseñamos a soñar, preparamos a nuestros pibes para que vayan a emplearse. Eso, pareciera que les decimos, se parece bastante a la felicidad.» Coincido totalmente con daniel en esto y reinvindico el derecho al vuelo, al sueño y a la utopía como valores fundamentales para construir futuros deseables y posibles. Que bueno sería que los sueños tengan valor epistemológico y nos sirvan para la construcción de conocimientos colectivos. Un abrazo
… «se nos escapa a veces que la verdadera brecha que se está produciendo es lingüística y tiene que ver con la progresiva incapacidad que vamos consiguiendo como sociedad para construir representaciones en cualquiera de sus variantes: prefiguraciones, proyectos, sueños, objetivos.»
Es como si estuvieras hablando de mí… Estoy realmente alarmada por ver cómo he comenzado el «retiro» de esas capacidades.
Sospecho que la causa que enuncias no es exacta al menos para mí:»solamente queremos ser servidos»… Aunque, pensándolo bien, podría ser…
No del todo si considero eso del «deseo de tener».
Perdoname que haya comentado a partir de una situación personal. Que te consuele saber, que ya me está insistiendo reflexionar esta maldita vocecita de la conciencia que no se calla.
Saludos