Digital divide

A propósito del curso Un paseo por el Parque de las TICs que se está desarrollando en el Campus netAbras, una de las actividades suscitó un diálogo con uno de los participantes, donde aparece una cuestión central que relaciona las TICs, con la educación: La llamada Brecha Digital.

Lo que me ha traí­do esta imagen a la cabeza es la concepción de este curso, como hacer tecnología sin la apropiación privada de los medios de producción, usando los recursos públicos, o de acceso público.
Pero el problema es importante, la brecha digital no está sólo en la aparente adquisición y apropiación privada de la tecnologí­a. Le damos un ordenador a cada persona del mundo y no se soluciona la brecha digital; quizás lo único que podrían hacer con él serí­a venderlo por 2 perras chicas para conseguir un puñado de arroz, de maí­z, de mijo… o de lo que cerca de su pueblo planten para comer.

Hay que decir que la brecha digital no es un bloque obstruyendo el paso de las personas o una zanja llena de cocodrilos (como mucha gente se la imagina), sino una trama compleja de palabras que nombran permisos, autorizaciones, saberes y posibilidades, entre otras cosas. Fernando Flores decí­a que la tecnologí­a es un puñado de conversaciones. Algunas de las 95 Tesis del Tren de las Claves, desde el mundo del Management o la Alta Dirección de Empresas, decí­an esto mismo en 1999 (diez años después de Flores): los mercados son conversaciones.

Posiblemente ninguna cuestión relativa a la Web cuestiona tanto la visión telegráfica, lineal, de la apropiación de la tecnologí­a que circula socialmente, como la idea del Digital Divide. Y me parece que esta expresión es más adecuada que brecha digital, más sutil, porque hace referencia a una fractura que no es visible a simple vista y que el imperio del mercado pugna por invisibilizar. Es una fractura en el lenguaje, en la cultura. En la posibilidad de acceso a una forma de pensamiento que cada vez es más parte constitutiva de las prácticas de uso de la tecnología.

No nos propusimos desconocer eso con la idea de probar que se puede usar la tecnologí­a instalada para capacitarse. Lejos de eso, este Paseo apuesta a recuperar los grises de esa situación. Hay muchí­simos profes (y afortunadamente en el Paseo tenemos algunos haciendo este camino con nosotros) que ingresarían a esta cultura con un empujoncito, si les indicáramos cómo hacerlo y cómo sortear la idea más promovida por el mercado y socialmente más aceptada, de que hace falta tener una pc y conexión de banda ancha para poder capacitarse. Justamente, cuando el paradigma dominante empieza a moverse del tener hacia el acceder.

No estamos pensando en que desaparecerá la brecha digital. Estamos apostando a que seamos cada vez más actores calificados los que podamos pensar cómo le carcomemos terreno a esa brecha, tal como nos muestra que hace el mar con la costa, o como decí­a mi madre: mundo mundo, te los vas llevando de a uno.

foto: flickrcc.bluemountains.net