Encuentro, Jacques Lacan, la Web 2.0

Este domingo, por el Canal Encuentro se emitirá la última repetición del primer capí­tulo del Ciclo Grandes pensadores del Siglo XX, que conduce Ricardo Forster (uno de los fundadores del grupo Carta Abierta), dedicado a Jacques Lacan.Para sus seguidores, la emisión ha de haber sido un verdadero acontecimiento. Lo fue para mí­ que solamente soy un visitante ocasional de su obra y nunca habí­a tenido la oportunidad de escucharlo, a pesar de conocer sus ideas y sus modos por algunas conferencias de su yerno y continuador Jacques-Alain Miller o por la fantástica pintura que hace Pierre Rey en Una temporada con Lacan (1989), donde describe sus experiencias de 10 años como paciente suyo. Imposible no deleitarse con el profundo sabor setentista que exuda la Conferencia de Lovaina (1972), sobre todo cuando se levanta aquel estudiante (¿quién serí­a ese personaje?) a acusarlo de ser parte de los que están transformando la cultura en espectáculo, tema crí­tico de aquel momento sobre el que también se explayarí­a largamente Jean Baudrillard en un ensayo que se llamó El efecto Beaubourg (1978), a propósito de la creación del Centro Georges Pompidou.

Lacan dice que en la enseñanza, la transmisión del conocimiento falla. Que el lenguaje falla. ([…] el lenguaje no sirve. El sujeto se supone que sabe — explica el maestro a su auditorio en Lovaina).

El malentendido está siempre presente en la comunicación por razones diversas: polisemia, multiculturalidad, historias diferentes. En definitiva, si entendemos que el lenguaje es una cadena de significantes, la construcción de significados es lo propio de cada individuo (en tanto seres hablantes, dice Lacan) y esto bien puede constituirse en la base del malentendido.

Esta aparente falla es también la puerta para la expansión del conocimiento porque obliga al receptor a procesar la información y en esa práctica ensancha el saber. Abre la puerta a su propio recorrido interpretativo.

Es interesante pensar este proceso en relación con la apropiación social de la Web 2.0, fenómeno clave en la cultura de esta época.

¿Qué es en realidad la Web 2.0? Ninguna definición alcanza para completar la idea. Eso es lo bueno. Uno de los postulados básicos del planteamiento se refiere a la distribución del conocimiento. Esta premisa parece iniciarse en la propia nominación del fenómeno: La Web 2.0 es lo que es para cada uno. Es un corpus conceptual que aloja una serie de prácticas orientadas. De ninguna manera es un concepto cerrado. Y, puesto que las prácticas operan sobre si mismas autopoyéticamente, la concepción que tenemos de la Web 2.0 es cada vez más rica, más extensa, más humana.

Esta falla, que en el psicoanálisis remite a la falta, a la incompletud, lejos de ser un defecto, como parece sugerir el discurso del consumismo, es precisamente la condición propiciatoria para su desarrollo.