Inteligencias múltiples, educación e Internet

Hace algún tiempo, en un foro de Infonomía, reflexionábamos con un grupo de colegas de otras nacionalidades acerca de los sistemas educativos. El debate se produjo a partir de que alguien citó una publicación de Eduard Punset y planteó la cuestión como Inteligencias múltiples, educación e internet.

Publico a continuación un pasaje de mi intervención en aquella oportunidad.

La educación, especialmente la educación estatal, ha tratado siempre de reproducir el modelo de ciudadanía. Esta flecha es, según mi punto de vista, una tendencia y tiene sus variantes que se adecúan a cada sociedad y en cada momento (clave de la supervivencia!)

Cuando el Gobierno de Chile sale a decir que es necesario cambiar la palabra dictadura por régimen militar en los textos educativos que se refieren al período de Pinochet, nos está dando un indicio claro de qué quiere transmitir en relación a ese período de la historia. Cuando la Junta Militar en la Argentina del 76 se nombraba a si misma como Proceso de Reorganización Nacional en los libros de historia, también.

Cuando el Gobierno de EUA se equivoca y dibuja los mapas escolares cambiando los límites de los países para que el Acuífero Guaraní le quede del lado de sus amigos o de los gobiernos menos problemáticos, o cuando Inglaterra insiste en no tratar el tema de la soberanía Argentina sobre Malvinas, aunque en los libros argentinos de Geografía se dice que son argentinas; se están emitiendo señales claras de disputas geopolíticas que tienen que ver con el poder de las naciones.

Pero cuando en una escuela del interior del país, en un curso de informática donde se le debería enseñar a los alumnos a comprender las herramientas disponibles, se le enseña solamente Excel para que vaya a trabajar de data entry en algun supermercado, también se le está mandando información al sistema educativo acerca de lo que se espera que produzca. Quizás planteado en torno a una falsa dicotomía: salida laboral garantizada o sujeto más dueño de si.

Lo mismo sucede cuando en una universidad, como la UBA, la materia Psicología del Trabajo se dicta, no para pensar en las problemáticas del sujeto en tiempos de la excesiva movilidad laboral, sino para preparar  selectores de personal…

Sobran ejemplos por todos lados. He mencionado de memoria los que tengo más a mano. Lo que quiero decir es que la educación es un territorio de disputa estratégica. Y los actores son personas, sujetos sujetados a diferentes avatares del medio de donde provienen. Allí, con esos ingredientes, se preparan las personas que habitarán las sociedades. Así ha sido hasta que la irrupción de las TICs ha empezado a ponerlo todo en crisis.

La horizontalización en el manejo de la información que plantean estas herramientas, en teoría les otorga la palabra a los ciudadanos de a pie, reconociéndolos como sujetos culturales… bien, ¿cuántos pueden tomarla? ¿cuántos pueden,  —de verdad— hacer uso de ellas con las herramientas intelectuales y emocionales que disponen hoy?

¿No debió haber sido responsabilidad del sistema educativo preparar a estos futuros ciudadanos, profesionales, especialistas en formación, para manejarse en los nuevos entornos? ¿la educación no pudo prever lo que pasaría y Alvin Toffler sí?

Ahí aparece el dispositivo educativo como un mastodonte que no puede entender lo que sucede. No sabe qué hacer con la brecha lingüístico- cultural… excepto cambiar la piel para perdurar sin cambiar… para seguir manteniendo su perfil colonizador de mentes, en lugar  de impulsar la aprehensión del conocimiento y la creatividad… es decir, respondiendo en los hechos a las demandas del modelo que se le impone desde el poder al que sirve.

¿Se puede hacer otra cosa? Pareciera que eso está empezando a jugarse. Lo difícil, en todo caso, es que deberemos construir un sistema educativo nuevo, con actores formados con paradigmas viejos.

 

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