Noam Chomsky: las 10 estrategias de manipulación mediática (atribuídas a él)

Este texto incluye una actualización al 07 de noviembre de 2012.-

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites polí­ticas y economicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicologí­a, la neurobiología y la cibernética. Mantener la Atención del público distraí­da, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas).

¿Usted cree que la tinellización de la TV tiene algo que ver con esto?… Obtenga otra opinión acerca de la medicación que está tomando…

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado problema-reacción-solución. Se crea un problema, una situación prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

Ni se le ocurra pensar -por ejemplo- que alguna vez le mandaron saqueadores a cierto presidente para terminar de empujarlo al precipicio…

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mí­nimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sóla vez.

Por suerte a nadie se le ocurrió todaví­a, subir los precios de los artí­culos de primera necesidad todas las semanas y cada tanto achicar los envases. Eso serí­a pasar el lí­mite de lo aceptable…

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como dolorosa y necesaria, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que todo irá a mejorar mañana y que el sacrificio exigido podría ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

Hasta donde tengo memoria, el truco más antiguo estuvo a cargo de un capitán ingeniero que nos legó una polifuncionaria a quien le hicieron pagar un montón de platos rotos; que cuando fue ministro de economí­a decí­a: Hay que pasar el invierno…

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad

La mayorí­a de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crí­tico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas).

En cierta etapa de la adolescencia, los chicos necesitan identificarse con imágenes fuertes, por eso son tan terminantes: o es blanco o es negro, pero no hay posibilidades de valores intermedios… No, no estoy hablando de cómo se manejan las discusiones polí­ticas… La asociación corre por su cuenta.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

No me diga que usted no ama a su candidato cuando él le habla con el corazón en la mano…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologí­as y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas).

Ah (no sé si estoy entendiendo!), es en este punto donde… las computadoras a los pibes… mientras que por el otro lado se bajan discursos tecnofóbicos…

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

No me diga que usted se pierde el Prendé y apagá la luz!

9. Reforzar la autoculpabilidad

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así­, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!

No se queje si le aumentan la tarifa del celular o del peaje. Si no lo puede pagar no lo tenga o no lo use…

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseí­dos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biologí­a, la neurobiología y la psicologí­a aplicada, el sistema ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma fí­sica como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a si­ mismo. Esto significa que, en la mayorí­a de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre si­ mismos.

Qué le parece promover FB o Twitter para hablar de usted mismo?…

 

¿Corrigendum meaning?

actualización al 07 de noviembre de 2012

Transcribo a continuación las apreciaciones que, por chat, me dejó Eddie Abramovich (y agradezco) a propósito de la republicación de este artí­culo en mi muro de Facebook.

Hace algo más de dos años, cuando corrió por primera vez por la red el texto atribuido a Chosmky, me hizo ruido, especialmente porque no reconocía la letra en el texto. Verifiqué que todas las fuentes se auto referenciaban, por un lado, y al mismo tiempo que el texto no figuraba en la página oficial de Chosmky.

En cambio, encontré un texto muy similar, anterior —probablemente de 2000— atribuido ya no a Chosmky sino a la inteligencia norteamericana (NSA/CIA), un supuesto borrador de trabajo que recomendaba tales técnicas. Es bastante más extenso y contiene material rayano con el delirio.

Mi suma fue: 1. no se parece, en la escritura, a nada de Chomsky, aunque fueron lo suficientemente astutos como para atribuí­rselo a él (quien S͍ se ha ocupado de esto, pero con otro enfoque) y no a Einstein, por ejemplo. 2. En la red flota de modo circular, sin otra fuente que las sucesivas réplicas. 3. No está publicado en la web de Chomsky, y 4. Sus párrafos están extraí­dos de un paper supuestamente de inteligencia, con una anitgüedad mayor. Mi conclusión: Es spam, aun cuando algunos contenidos se correspondan con la realidad. No es una certeza, claro, no hablo con Chosmky por teléfono. Pero sí­ tengo la convicción de que él o los que lo armaron han producido (como en innumerables casos) una falsa atribución para darle verosimilitud. El material en sí­ mismo no hace daño y su viralización hasta podrí­a ser benigna.

El problema —como siempre en estos asuntos— es que corremos el riesgo de quedar pegados en cadenas

Desde luego, puede faltarme algún dato que contradiga mi percepción y la rectifique. Entretanto, me pareció prudente hacerte conocer mi percepción.

Un abrazo cordial.
Eddie Abramovich

 

Ya hace un año, un visitante ocasional de este espacio dejó un comentario en la misma dirección y, con el mismo criterio, me importa que tales apreciaciones queden integradas al texto que publiqué, porque lo enriquecen. Sólo que esta vez, en lugar de prometer escribir algo al respecto, quiero dejarlo escrito, aunque no sea más que como un punteo de reflexiones.

En la [Sociedad de la] Información, decí­a Ignacio Lewkovich, está todo dicho; todo y lo contrario de todo. No hay nada que agregar: es preciso configurar. La figura de pensamiento intrínseca a la información ya no es de autor;  pensar es configurar los pensamientos que pasan por un punto. Sabemos cómo citar una autoría, pero no una configuración. (en el Prólogo de Pensar sin Estado. 2004).

El artí­culo atribuído a Chomsky está interceptado por una serie de alusiones que pretenden señalar dónde sucede cada una de las estrategias de manipulación. Excluyendo a priori cualquier cuestión relacionada con la buena/mala fe, ¿es realmente importante la pureza quí­mica del texto? ¿O lo que molesta son las configuraciones?  Tratando de construir una respuesta en esta lí­nea, resulta imposible no pensar en Lacan -Miller disparando sobre el saber/poder universitario o no aludir al Miento, Hablo de Foucault.

O —muy lejos de los acartonamiento— imposible no evocar al pariente de sentido que circula en fomato de meme por la Web

desobediencia

Como quiera que sea, creo que esta situación abre las puertas para pensar una cuestión mayor: la horizontalización del acceso a la infomación y al conocimiento, además de mucho ruido, un aumento considerable del caos y la incerteza (entre otras cosas), está poniendo en el primer plano de la escena un modelo al que llamamos saberes distribuidos que porta la pregunta de si las cosas valen por el tí­tulo y la trayectoria académica de quienes las pronuncian o por el valor intrí­nseco que encierran (en este mismo blog, hace algún tiempo escribí­ algo al respecto).

Esta disputa es una de las razones por las que escuchamos, más a menudo de lo que nos gustarí­a, a personas que exhiben extensos recorridos académicos, sosteniendo cosas bochornosas.

¿Dónde está el saber? ¿Qué quiere decir, en las condiciones actuales de sobreinformación, saber? En definitiva ¿vale la pena centrar el debate en una cuestión de autorí­a y dejar pasar el sentido de superficie? En todo caso ¿no serí­a legí­timo pensar que este modo de acometer el texto bien podrí­a ser incluido como la estrategia número 11?

Sigamos pensando.

Fuente del texto Gramscimanía
Fuente de la imagen Ateneo Andaluz