OLPC(2), un año después

Publico aquí­, la segunda nota, a propósito de lo que decí­a hace casi un año en relación con el tema OLPC, en un espacio ya desactivado. Incluyo en el post algunos de los comentarios que suscitó aquella publicación.

OLPC en Argentina: Finalmente, se larga…

… y debo decir que tengo sensaciones encontradas. Los diarios de la llamada gran prensa (aquella que se ocupa de labrar la subjetividad social para que tengamos opiniones sobre las cosas en lugar de información) anunciaron la semana pasada la llegada de las primeras 500 máquinas del proyecto OLPC (rebautizadas como CM1); en el blog oficial se levantó un video de Adrián Paenza extraí­do del chat que organizó el diario La Nación; apareció la noticia profusamente por la tele, todo muy cuidado, muy descontracturado… excepto por los dichos del padre de la criatura, Nicholas Negroponte cuando afirma Este no es un programa que reparte laptops, sino un proyecto educativo orientado a eliminar la pobreza… (Seeeeñoooooora… ¿recuerdan La gallinita dijo Eureka de Les Luthiers?)

Es un dato de la realidad que, como dice el Profesor Paenza, estamos ante la aventura más importante de la historia de la educación en la Argentina. Pero aclaremos las cosas. Esto está bastante lejos de ser un proyecto educativo. En cambio, se parece mucho a un negocio al que el Estado Argentino le da debida cobertura, aunque tiene poco para decir acerca de las propuestas que desplegará para terminar con la educación real.

Mis sensaciones encontradas tienen que ver con eso. Quizás se deba a que no alcanzo a percibir cuánto de alimento y cuánto de veneno hay en este bocado que se disponen a poner sobre la mesa de los chicos que no pueden acceder a la tecnologí­a.

Haciendo un repaso rápido, diré que percibo en este escenario mucho silencio oficial a preguntas de sentido común; la mayor parte de los tecnócratas (del ministerio y de afuera) hablando solamente de las bondades del emprendimiento y escondiendo respuestas a preguntas tan elementales como ¿qué van a hacer con los docentes?; partidarios del Software Libre sosteniendo acaloradas discusiones contra los partidarios del entorno Microsoft y el Software Propietario y proyectando sobre el tablero cómo van a aprender los chicos que ellos creen que hay en la Argentina profunda…y que no se parecen en nada a sus hijos, a sus sobrinos o a sus nietos; diversas operaciones de prensa, intentando desacreditar el proyecto de Negroponte, sin aportar realmente nada sustancioso; muchos intelectuales atrapados en la fascinación de la tecnologí­a y devenidos opinadores educacionales; un sugestivo silencio de radio en las organizaciones profesionales; alguna gente (docentes o no) —demasiado poca para mi gusto— desgañitándose para torcer el rumbo en ciertos aspectos de esta aventura; y sobre todo, la enorme mayorí­a de los docentes argentinos, mirando la movida con indiferencia, como si se tratara de la inauguración de una huerta comunitaria en un pueblito perdido de Tanzania.

Lao Tse dice en el Tao Te Ching los elementos flexibles y dinámicos de la sociedad, hacen mover a los elementos rígidos y estáticos de la sociedad, las TIC posibilitan que los elementos dinámicos de la sociedad coordinen sus ciclos y comiencen a resonar.

Esto dice Horacio Martí­nez Philipps en el blog de Carlos Neri, Moebius, a propósito de un post relacionado con este proyecto, donde iniciamos esta reflexión.

Los elementos rí­gidos y estáticos que con Lao Tse, Horacio y mucha gente esperan que se muevan, en el colegio donde yo trabajo, son pibes por lo menos nietos de desocupados, seres desesperanzados desde la preadolescencia, desacostumbrados a que les presten atención y que solamente quieren que las horas pasen para escapar de la escuela, sin saber muy bien por qué. No entienden para qué están ahí­. Repiten como loros: tenemos que venir a la escuela para estudiar. Pero no se lo creen, y se les nota. Muchos, demasiados, van para comer o porque les dan una beca. No comprenden, como es lógico, qué hay para ellos en el futuro, en un lugar donde su familia (¿qué familia?) no tiene plata para comprarles un lápiz, pero el intendente, que ejerce su cargo desde hace 15 años, se mueve en un auto de sesenta mil dólares…

Me pregunto: ¿A estos pibes les vamos a dar una máquina y a contarles lo de la saturación tecnológica? Estarí­a muy bien que lo hiciéramos… pero ¿esperando qué, a cambio? ¿A los docentes, la mayoría elementos rígidos y estáticos por antonomasia de esta ecuación siniestra? Estarí­a muy bien que lo hiciéramo… pero ¿esperando qué, a cambio? En mi pueblo, la directora del establecimiento donde mi hijo acaba de concluir la cursada primaria, se enteró en una reunión de articulación con docentes de tecnologí­a, que los chicos de su escuela no sabí­an usar la regla. Que tomaban las medidas empezando del uno en lugar de empezar desde el cero… Poco tiempo después, cometió un error con una de sus alumnas, a la sazón nieta de un influyente puntero polí­tico y la ascendieron a inspectora, para sacarla del medio… ¿a estos docentes les vamos a dar una computadora y explicarles que venimos a hacer estallar el aula del cuaderno y el lápiz? ¿Y hacia arriba en el escalafón docente, qué pensamos que va a pasar?

Un estudio reciente, publicado por la Voz del Interior explicaba que el 20 % de los docentes cordobeses primarios y secundarios tienen el síndrome de burn-out (la cabeza quemada, literalmente).

No se puede decir con seriedad que el obstáculo más grande sea la falta de conectividad o la brecha tecnológica. En la escuela donde trabajo hay un laboratorio con 17 máquinas, instaladas como parte del programa de Alfabetización Digital del Ministerio de Educación, que permanecí­a cerrado a los chicos de primero y segundo año porque —según palabras de la Jefa del área de Educación Tecnológica— si se rompen, no podemos arreglarlas. A partir de allí­ y de situaciones similares en la zona, implementamos, hace ya casi dos años, el proyecto CICE. Algunos de mis propios compañeros docentes, molestos por la iniciativa y usando sus contactos en la Junta de Clasificación (sindicato + ministerio provincial de educación) lograron que me quitaran todo el puntaje de la Lista de Orden de Mérito, para que no pueda dar clases en la provincia. La medida tuvo efecto durante este año, violando incluso un decreto provincial que dice explícitamente que no se puede hacer eso, cuando se cuestionan los títulos.

Creo que no somos una isla, sino el reflejo de lo que pasa en el interior. Atribuir a la tecnologí­a tanto poder regenerativo frente a este tipo de cuadros, si no es darle cobertura a un negocio donde no interesa la educación, suena muy parecido a una declaración de impotencia.

No se trata de estar en contra de la mediación de las TICs en la educación. Hace muchí­simos años que trabajo en eso y no seré yo quien lo haga. Pero empecemos por ponerle a cada cosa su nombre. ¿Alguien puede creer de verdad que el problema se arregla discutiendo sobre Software Libre o Propietario y sin poner una moneda para sacar rápidamente a los profes de nivel medio (también co-responsables de esta situación) de las 30 horas semanales frente al aula?

Son muy lindos los discursos, las declaraciones de principios y las teorí­as de Papert. Yo también las comparto y me nutro de ellas. Pero después hay que meter las patas en el barro. Nuestros chicos están estragados porque sus familias vienen soportando décadas de polí­ticas neoliberales y los talleres preocupacionales que ofrece hoy la educación provincial, están apuntados a perfilar un data entry que pueda ir a cargar precios en un supermercado ¿Para eso quieren las TICs? ¿De qué hablamos exactamente cuando decimos que queremos enseñar ciudadaní­a en el aula?

Las discusiones sobre cambios en la educación a partir de inyecciones tecnológicas, me parecen poco más o menos que una cobertura para enmarcar el verdadero negocio que les están dando a las multinacionales informáticas. Una escapada brillante del capitalismo hacia adelante (una más y van…), que genera escasez artificial para mantener altos los precios y después inventa esta estrategia de venderle máquinas a granel a los estados ricos, porque la gente pobre que vive en ellos nunca podrá comprarlas. En esa perspectiva, poco importan la educación, si los pibes las van a poder aprovechar o si en vez de 100 dólares cuestan 130 euros.

Tal como está planteado este asunto, está rengo del deseo de los docentes, y no es que los funcionarios no lo sepan. Ya lo dijo el ministro (me apuro a decir que creo que Daniel Filmus es el mejor ministro de educación desde que tengo memoria): No se puede reformar la educación contra los docentes, o con los docentes en contra… ¿No saben acaso cuántos de los casi 900 mil docentes del paí­s participaron en los debates de la ley? ¿No saben cuántas familias se acercaron realmente a la escuela para participar en la discusión?

Es verdad lo que dice el ministro. No se puede hacer nada contra la voluntad de los actores, pero sí se puede reformar la ley sirviéndose de la desesperanza, el cansancio y la indiferencia de los docentes, mostrar una parte como si fuera el todo y obtener un enorme rédito polí­tico.

El tema es infinitamente más complejo que una discusión sobre aparatos o un discurso exitista acerca de si se trata de hacer educación o que la tecnologí­a termine con la pobreza. La educación, como el cuidado del medio ambiente o la planificación de la infraestructura vial, son temas de muy largo desarrollo y requieren continuidad en las polí­ticas del Estado y una dirigencia con intereses nacionales que las lleve adelante. Mientras sigamos viviendo bajo este esquema, con una clase polí­tica como la que tenemos, urigda por realizarse personalmente en uno o dos perí­odos de mandato constitucional, es un imposible lógico pensar que las cosas se harán de otro modo.

Aunque Alejandro Piscitelli dice que no se pueden servir a ambos Césares a la vez, eso es exactamente lo que se está haciendo y lo que habla de la disputa. Se le ha abierto el portal Educ.ar a Microsoft con el proyecto Par@educar y unas cuantas provincias (Córdoba entre ellas, San Luis recientemente); y a Negroponte con OLPC el negocio de un millón de computadoras por año. Estas discusiones son peleas de mercado, camufladas por discursos grandilocuentes como el del fundador del MIT en la Cumbre de la Sociedad de la Información.

Adrián Paenza será el encargado de decir si el proyecto funciona o no… él fue el que contactó a Negroponte con Filmus, contado por él mismo… ¿qué creemos que va a decir? ¿Que no funciona?… ¿de qué nos quieren convencer?

Mientras tanto, hay datos que son escalofriantes. El portal Educ.ar y las polí­ticas estatales (de este gobierno y de los anteriores) destinadas a reducir la brecha digital, no han logrado interesar a más del 10% de la planta docente del paí­s, con casi 900 mil docentes… OLPC es la fase superior de la polí­tica que empezó regalando libros en las canchas y en las peluquerí­as para fomentar la lectura, planteada con una inquietante sentencia: Queremos hacer estallar el aula del lápiz y el cuaderno, apelando a la saturación tecnológica.

Ya nos dirán cuánto le ganamos a la indiferencia por la lectura con la movida de regalar libros. OLPC, finalmente, se larga…

 

Algunos comentarios sobre aquella publicación

Anónimo dijo:

Hola,
Soy Alvar, Te escribo desde la ciudad de Bs. As. Es realmente frustrante saber que en todo el paí­s la situación es igual.
saludos.
Y te felicito por el blog y lo que estás llevando a cabo
Alvar Maciel.

martes, noviembre 28, 2006 2:31:00 PM

Horacio Nomade dijo:

Hola Daniel, como va?
Los «elementos flexibles» de los cuales habla Lao Tse, son Carlos Neri, Vos, yo y tantos otros docentes que abrimos el debate sobre estos temas.
A mi entender, las TIC lo que posibilitan es que podamos coordinar nuestros esfuerzos para (como decí­a Freire) podamos «construir la esperanza» en un sistema educativo en crisis.

Nos leemos!!

miércoles, noviembre 29, 2006 3:17:00 AM

danielkaar dijo:

Hola Alvar, gracias por opinar y no te desanimes. Algunas personas, que hemos crecido y trabajado en las grandes metrópolis, estamos aprendiendo a ver el lado iluminado de la situación y vamos consiguiendo pequeños logros.

Saludos desde Traslasierra
danielk

miércoles, noviembre 29, 2006 2:22:00 PM

danielkaar dijo:

Hola Horacio, ¡bienvenido a este espacio!. Creo que hablamos de distintas cosas. «Carlos Neri, Vos, yo y tantos otros docentes que abrimos el debate sobre estos temas», de una u otra manera ya hemos «construido la esperanza (Freire dixit)», por eso estamos haciendo lo que hacemos. Sería impensable de otra manera, tal como está de desvastado el territorio. En el planteo que se hace —y es lo que discutimos— los pibes siguen quedando a la intemperie y en lugar de mejorar la educación para ellos, se hacen operaciones sobre el imaginario social (aumentando el des-orden simbólico!!).
Decía Armando Tejada Gómez
[…]No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
La niñez arriesgada a una estrecha ganancia
Porque entonces las manos son inútiles fardos
Y el corazón, apenas, una mala palabra.[…]

Un abrazo
danielk

miércoles, noviembre 29, 2006 2:48:00 PM

DanielAjoy dijo:

«El tema es infinitamente más complejo».

Infinito es un concepto que no entiendes. Yo creo que entiendo mejor el concepto por haber jugado con nómeros grandes en mi niñez con computadoras. Ahora las computadoras tienen 10^10 bytes de almacenamiento y eso está aún muy lejos (infinitamente lejos) de infinito.

El que uses esa frase me hace pensar que tienes interés en distorsionar la verdad, que tratas de convencer con mentiras.

jueves, noviembre 30, 2006 7:10:00 AM

danielkaar dijo:

«me hace pensar que tienes interés en distorsionar la verdad»

Hola Daniel (o debo decir Ingeniero Ajoy?): A cuál verdad te refieres? ¿A la tuya, a la de tus paradigmas, a la de tu país, a la del mí­o, a la de mis paradigmas, a la de mis creencias o a la de las tuyas? Hay una «infinita» cantidad de posibilidades más. Yo hablo solamente de la que conozco (apenas), porque trabajo en ella todos los dí­as desde hace muchos años, con chicos reales que no son como mis hijos, sino muchí­simo más carenciados desde su desarrollo emotivo, cognitivo y de lenguaje.
Daniel, creo que Educación y Comunicación son conceptos que no entiendes. Interactuamos con subjetividades y éstas, por definición son opacas. No es posible abarcarlas desde una mesa de proyecto, porque no responden a instrucciones o algoritmos. Pero no por eso pienso que estás tratando de falsear la verdad. Necesitaría un poco más de información para poder afirmar semejante cosa.

jueves, noviembre 30, 2006 8:18:00 AM

Anónimo dijo:

¿Cómo alguien puede decir comprender cómo el infinito es interpretado por una persona? ¿Es que el infinito son sólo números y por trabajar con números grandes este concepto es comprendido? Daniel (Ajoy) infinitos no son sólo números sino también algunas cosas más complejas. Por ejemplo: es infinita la alegrí­a que me asalta al ver como se superan los maestros con los que trabajo. Maestros que nunca han tocado una computadora y un día escriben su primer post en un blog contando que hicieron con sus alumnos en el laboratorio de informática. Veo en sus ojos el ansia de superarse y lo «siento» en mi. Infinita alegrí­a. En mi infinito mundo personal.

Y si, concuerdo: «El tema es infinitamente más complejo». Pero creo que hablamos del tipo de infinito que aparece en la esfera de los acontecimientos humanos. No medible en todas sus variables. Un infinito de posibilidades y pensamientos.

Solo en la porción de realidad que nos dice: «Queremos hacer estallar el aula del lápiz y el cuaderno, apelando a la saturación tecnológica» aparece.
Y yo pienso: ¿no se trata de desarrollar el aula? las cosas que estallan generalmente quedan rotas o mueren. Y LAS PALABRAS NO SON INOCENTES.
Alvar

miércoles, diciembre 06, 2006 3:28:00 AM

Anónimo dijo:

Me he quedado paralizado al leer este post en su Blog.

Gracias por ofrecernos realidad.

Siga así­, desde el que llaman primer mundo (sin portátiles del MIT pero con productos semejantes) se agradece su lectura. Su bitácora ayuda a comprender.

Y un comentario sobre D. Ajoy: que siga en sus mundos paralelos, irreales, donde el profesorado en vez de ser una llave siempre es el problema.

viernes, diciembre 29, 2006 4:42:00 AM

DanielAjoy dijo:

«es infinita la alegrí­a que me asalta al ver como se superan los maestros con los que trabajo»

¿Algún dí­a sentirá más alegrí­a? Si es así­ la alegrí­a que te asalta hoy no era infinita

viernes, febrero 09, 2007 2:51:00 PM

DanielAjoy dijo:

«Y un comentario sobre D. Ajoy: que siga en sus mundos paralelos, irreales, donde el profesorado en vez de ser una llave siempre es el problema.»

Otra palabrita que no ayuda: «siempre». Creo que ustedes leen mucha lí­rica, muchos poemas. Hablan como en poema para hacernos sentir el dolor y la desesperación del docente, de la pobreza.

Déjenme decirles que son exitosos en hacerlo, transmiten muy bien que sus vidas son llenas de problemas y son unos héroes por su decisión de seguir.

Desde mi punto de vista tu aseveración es falsificable muy fácilmente porque puedo imaginar ALGUN escenario donde el profesorado no es parte del problema.

A Daniel, lo mismo que te pregunté en la lista de correo: entonces ¿debe ser descartado el proyecto OLPC? ¿Qué condiciones son necesarias, a tu juicio, para que el proyecto tenga éxito? ¿es el proyecto OLPC una oportunidad para acercar a los niños argentinos a un mejor futuro? ¿en vez del proyecto OLPC cuéntanos sobre otra iniciativa realizable que sea mejor?

Un problema «infinitamente complejo» no puede resolverse por todas las personas finitas del mundo, durante todo el tiempo finito de su existencia, a lo largo de un numero finito de generaciones hasta que se acabe el universo de viejo, en todos sus planetas finitos. ¿Es tan difí­cil este problema?

viernes, febrero 09, 2007 3:07:00 PM