Un nosotros más amplio

 

Este cartel apareció un dí­a en Taringa y creo que pone en acto lo que está pasando con el saber distribuido. La construcción de una cultura de uso de las redes sociales implica (como dice Dolors Reig) la búsqueda de un nosotros más amplio. Un nuevo modo de constitución de subjetividades. Las relaciones se horizontalizan y reconfiguran y algunos paradigmas empiezan a caer estrepitosamente. Uno de ellos es el del saber.

Hemos venido funcionando con la idea de que hay cierta fuerza de verdad en lo que dice una persona de acuerdo a su status educativo o su trayectoria académica. Eso también denota un modo de organización social: Los que saben deben enseñar a los que no saben o, por lo menos, los que no saben, deben aprender de los que saben. Resabio de la cultura forjada por la Modernidad, que para expandirse necesitó standarizar todo y acabó, en realidad, mutilándolo todo.

Lo que la epistemologí­a clásica llamaba conocimiento objetivo no es más que el producto de un proceso histórico de estandarización perceptual y cognitiva. Así­, el tiempo, el espacio, la masa, todos esos términos que hoy imaginamos que re-presentan entidades eminentemente concretas, no son más que una compleja construcción mental absolutamente abstracta, cuya única concretud reside en que estamos acostumbrados a los relojes, los metros y las balanzas, y hemos olvidado su origen. La Modernidad fijó las coordenadas para concebir lo posible y lo relevante, priorizó lo cuantitativo y construyó los instrumentos de medida, estableció procedimientos canónicos para hacer las cosas, tanto en la ciencia como en algunas disciplinas artísticas, en particular la pintura. El realismo es fruto de la estandarización.

El lenguaje de los ví­nculos / Denise Najmanovich

La red, la organización en red, es un modo de organización social sin organizaciones. Es el próximo estadí­o de la hominización, según el postulado que Pierre Lévy hace en su magní­fica Inteligencia Colectiva. Bajo ese modelo operaremos con intervenciones moleculares, en lugar de hacerlo con tecnologí­as molares, como lo venimos haciendo.

Según el paradigma de la horizontalización del conocimiento: todos podemos enseñarle algo a alguien y todos podemos aprender de todos. Necesitaremos aprender otras cosas, por ejemplo a escuchar o a pensar con más autonomí­a, antes de atribuirle a algo, alguna fuerza de verdad. O aprender que no hay verdades reveladas sino, en todo caso consensuadas y estables, en determinadas condiciones. Eso requerirá aprender a convivir con la alteridad, pensar la diversidad de otra manera. No como un fenómeno admisible, sino como parte de nuestro ser nosotros.